Las lenguas indígenas mesoamericanas se hablan en un área del nuevo Mundo aborigen que incluye México central y del sur, Guatemala, Belice, El Salvador y partes de Honduras y Nicaragua. Aunque han florecido varios centros de civilización en estas zonas que se pueden fechar en el año 1000 antes de Cristo y antes de la conquista de México en 1519, la zona de Meso-américa tiene una historia cultural de aproximadamente 2500 años. Para poder tratar las lenguas de la zona de meso-América hay que establecer sus relaciones genéticas y su distribución geográfica. Ahí algunas lenguas tratadas como mesoamericanas no son habladas en Meso américa propiamente pero forman familias lingüísticas que son habladas allí.
Se hablan unos 70 idiomas indígenas en Meso-américa hoy en día con 7.500.000 hablantes. Cuando los españoles conquistaron México en 1519 puede que hubiera unos 20.000.000 habitantes en Meso-américa. A los 10 años de la conquista, la población india había descendido un 80% como resultado de la guerra, enfermedad, trabajos forzados y la hambruna. Desde entonces la población indígena había regresado a un nivel más alto, pero varias lenguas han llegado a extinguirse. Las lenguas mesoamericanas con un mayor grupo de hablantes a mediados del siglo XX son:
Azteca 1.200.000
Yucateca 600.000
Quiche-zutujil-caciqueo 1.200.000
Mam 450.000
Kekchi 375.000
Zapotec 400.000
Otomi 450.000
El estudio de las lenguas mesoamericanas comenzó durante los siglos XVI y XVII. Algunos misionero dominicanos y Franciscanos se dedicaron al estudio de las lenguas nativas para que los sacerdotes pudieran tratar de materias religiosas con los indígenas monolingües. Escribieron gramáticas siguiendo un modelo latino, hicieron ortografías aplicando valores usados en el español o el latín, a veces tuvieron que inventar nuevas letras, hicieron diccionarios, generalmente vocabularios o glosarios, y tradujeron los textos Cristianos a los lenguajes indígenas. Esta colección de datos sirvió a los sucesores de los primeros misioneros. Durante el siglo XVIII el momento de tales trabajos descendió y después de la independencia de México en la primera mitad del siglo XIX, los clérigos españoles se marcharon dejando más trabajo sobre las lenguas indígenas para los viajeros y los estudiosos, la mayoría de esa gente no estaba muy cualificada para tal tarea.
Las técnicas modernas para la descripción de las lenguas no se aplicaron a los lenguajes mesoamericanos hasta que los norteamericanos volcaron su atención a esta zona en los años 1930 y 1940. Desde entonces mucho trabajo lingüístico profesional ha sido hecho sobre estas lenguas, especialmente en las de México, así cada idioma de Meso américa ha sido estudiado por un lingüista, pero el tiempo pasado en el nivel de la competencia lingüística de las investigaciones ha variado mucho. Para la mayoría de las lenguas los datos gramaticales y léxicos han sido recopilados, muchos de los cuales están sin publicar, en un número de gramáticas y diccionarios aunque ninguno de ellos es exhaustivo o definitivo. Las historias populares han sido coleccionadas en un pequeño número de lenguas, las ortografías basadas en el español han sido elaboradas para la mayoría de las lenguas mesoamericanas en el siglo XX, pero no hay muchos textos escritos en estas. En definitiva, aún queda mucho trabajo por hacer.
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